
Quizás no fueron sus ojos, quizás fue algo más... así que crucé la pequeña pista, ella sentada conversaba por celular, no notó mi presencia, eso evitaría la vergüenza… ya estaba cerca, pasaría de largo, eso sería suficiente… pero volteó la cabeza, me miró a los ojos.. Y me sonrío… era la sonrisa más hermosa que haya visto, al menos eso sentí de inmediato… creo que en ese segundo se paralizó el tiempo...
Ese segundo, sin sonidos, sin movimientos, solo ese segundo... creo que ese segundo era eterno... eterno y silencioso… eterno... segundo...
De pronto, escuché una voz a mis espaldas, una voz femenina que dijo: ¡Hola!... comprendí inmediatamente, y al siguiente segundo: esa sonrisa no era para mí, era una cálida bienvenida para su esperada amiga… y mientras se abrazaban, seguí de largo...
Pero estaba feliz, me sentía muy feliz, a veces la felicidad es solo de uno, a veces egoísta, además fui feliz ese segundo, era suficiente… quizás ella no lo sea nunca… y me fui...
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