La cultura como parte de la esencia del ser humano, ha evolucionado en la misma proporción en que el hombre ha transformado lo que le rodea. Así podemos ver que ya las primigenias definiciones de cultura se desarrollan con la idea de cultivar (una actividad productiva agrícola), pero esta evolución no se queda aquí. Todas las civilizaciones antiguas, una vez satisfecha sus necesidades primarias gracias a la agricultura (alimentación), tienen el tiempo suficiente para desarrollar primero la artesanía (arte manual) así como el desarrollo de la escritura o el uso de símbolos (arte intelectual, ciencia antigua, etc). Es aquí donde ya la idea de lo que se entiende por cultura ha evolucionado hasta la actualidad, donde la ciencia y tecnología forman parte del ser humano.
Es así, que principalmente en la cultura occidental, desde los griegos, de la cual somos herederos en gran medida, observamos esa evolución en la conceptualización de la “cultura” humana, pasando por una definición estética, donde el desarrollo del arte manual se funde con las más altas expresiones del espíritu humano, como las bellas artes, alejando esa “cultura” del hombre común que no tiene acceso a ella. Pero occidente, así aislado como se encontraba, sufrirá grandes choques culturales, al encontrar otras civilizaciones, muchas veces más desarrolladas en el campo espiritual, como son las culturas orientales, africanas e indoamericanas. De esta forma, ya en tiempos modernos, se necesita redefinir el concepto de cultura.
Es aquí donde el concepto antropológico y sociológico aparecen, pues el hombre no es un ente aislado, por el contrario, es un ser que necesita relacionarse con otros para sobrevivir y crear cultura, situación que se da bajo condiciones particulares como la época, el lugar geográfico, el clima, la relación con otras civilizaciones, etc. Todas estas diferentes formas de ver el desarrollo de las diferentes culturas, hacen que su estudio trascienda de la realidad, hacia la mente del ser humano, como es el caso de los conceptos psicoanalíticos, positivistas, lingüísticos o hermenéuticos, en un afán de comprender al hombre y lo que crea, si en tiempos antiguos fueron las bellas artes, ahora es la ciencia y la tecnología. Pero aún así son visiones parciales de lo que significa el hombre y su cultura.
Finalmente, comprobamos que el panorama contemporáneo, donde la diversidad cultural prima, se nos presenta una visión integradora del hombre actual, dónde se fundirían todas estas diferentes expresiones del ser humano. Pero también debemos comprender que estas diferencias definen a grupos humanos, forman parte de su identidad, por lo tanto debe existir un respeto y un reconocimiento al que siente, piensa y concibe el mundo de una forma diferente a la nuestra. Por lo tanto no se trata de integrar al hombre a través de la ciencia y la tecnología, como pretende la visión occidental, sino de integrar también la espiritualidad del ser humano, así como su relación con la naturaleza, aquí es donde las visiones orientales, indoamericanas y africanas nos tienen mucho que enseñar.
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